"Tenemos que terminar este amorío con el feto y comenzar a preocuparnos por los niños"
-Joycelyn Elders (1933), pediatra estadounidense
Si se dice que la vida es sagrada, o que todo embrión tiene la obligación de nacer y vivir. Entonces las circunstancias por las que se concibe, debieran de ser irrelevantes para la integridad del mismo.
Aclaro esto, dado que muchas personas, pensando ellas que “defienden la vida” Están en ocasiones a favor del aborto cuando el embarazo sea producto de una violación.
Si se defiende la obligación de la madre para la “vida” del embrión, entonces que sea una violación o una calentura debieran de considerarse sin importancia. Pareciera que estos “defensores de la vida” se sienten jueces y quieren castigar a la mujer ignorante o descuidada haciéndola pasar por un embarazo que no desea. En tanto que a las mujeres violadas, se les tiene consideración, son comprendidas y por lo mismo, no son “castigadas”.
¿Realmente deberíamos de considerar la maternidad como un castigo? Personalmente creo que eso sería una aberración. A algo tan noble, se le quiere volver obligación, aún cuando no se desea. Todo con la engañosa primicia de querer “defender la vida”.
Estos autoproclamados “defensores de la vida” no saben, o no quieren saber que lo que ellos defienden es solo una parte de un problema mayor. Obvian lo obvio. La mujer, la familia que la acoge, la comunidad, la ciudad, etc. De mayor a menor medida son afectados.
Un humano para desarrollarse sanamente, necesita de ciertas consideraciones, consideraciones que son uno de los regalos más importantes que una persona es capaz de dar.
Si estos cuidados no son tomados en cuenta como parte fundamental del desarrollo de un humano, y son sólo una cuestión secundaria, la vida del futuro humano será desdichada y desafortunada en el mayor de los casos.
Y esto, no es un problema hipotético, es un problema en concreto: claro y específico.
Un niño no deseado o planeado traerá consecuencias sobre la situación económica y emocional de la mujer que no lo esperaba. Se puede argumentar que estos serán problemas difíciles, pero no imposibles. Y estoy de acuerdo con ello, pero la situación no es de si se puede o no se puede. No debe de abordarse esta cuestión como una situación aislada. Por el contrario, también es necesario considerar sus consecuencias a un nivel social. Es aquí donde fallan nuestros “defensores de la vida”, quienes no se acuerdan de las personas que nos rodean. ¿De qué nos serviría traer más personas al mundo si no somos capaces de preocuparnos por los que ya están? ¿En serio somos tan ingenuos que creemos que por proteger el embarazo hasta la concepción estamos defendiendo la vida? ¿Y después?